El trabajo analiza la figura del mercader en los manuales de confesores. Se trata de un problema complejo y de difícil exposición. En primer lugar, por las disquisiciones teóricas que anteceden en varios de esos libros a la enunciación específica de los pecados relacionados con la profesión y la actividad. En segunda instancia, por la ubicuidad de las reflexiones sobre ambas facetas en los distintos productos dentro del género, que a veces aparecen al tratar el sexto mandamiento y otras tienen tratamiento particular aparte. En tercer lugar, por las diferencias relevantes entre los distintos autores, que van desde la ética individual hasta las implicaciones sociales de la actividad comercial. Todo ello permite diseñar una cierta deontología profesional del comerciante en la Edad Moderna, cuya violación suele ilustrar bien la literatura satírica y el teatro áureo.